A las 5 de la mañana, como
habíamos quedado por teléfono, se encontraba Mathew en Pagwi buscándome
entre los diferentes camiones aparcados a orilla del río. Como habíamos llegado una hora antes, y aún era de noche, aprovechamos para recostarnos casi todos sobre las diferentes mercancías del camión intentando descansar un poco, pues el trayecto fue
bastante jodido entre tantos baches, continuas paradas, lluvia y el
molesto viento cuando el vehículo cogía velocidad. Así y todo, nadie pudo dormir en condiciones.
Una vez amanecido, Mathew, su
hijo Wopi -que pilotaba el motor fuera borda de 40hp. de su canoa de 15mt. hecha de una sola pieza de árbol ahuecada- y yo nos dirigimos con hacia Yamanambo,
en la orilla opuesta, a comprar un bidón de gasolina (200l. = 1.000K.)
para la primera parte del viaje que quería hacer por la zona alta del río
Sepik. La idea en principio era quedarme en su casa (Toheyo G.H.) en Wagu, y desde allí poder realizar diferentes trayectos por los alrededores. Como se me había olvidado preguntarle por teléfono acerca de la comida a llevar, pues desconocía que dispone de cocina a gas a libre disposición, tuve que comprarla allí mismo, en una tienda junto al surtidor. Aunque el precio no es muy superior al de los supermercados de Wewak,
sí es escaso en variedad.
Algo más de dos horas estuvimos
remontando el río Sepik y entrar en el río Hunstein, uno de sus
tantos afluentes, que lleva al lago Wasui donde me quería quedar a pasar
como mucho cuatro noches. Es la única manera de no gastar demasiado combustible
en recorridos largos cuando por este lago el quehacer diario es más rural, las
vistas son más hermosas y las aventuras están de sobra garantizadas.
La parte Norte del río Sepik
se caracteriza por abarcar amplias zonas vírgenes, bosques
tropicales tan sólo habitados en pequeñas porciones de terreno en el interior y a orillas del río, pantanos y lagunas donde conviven una inimaginable cantidad de
animales. Es el paraíso mágico perdido en el tiempo para los amantes de la
naturaleza en estado salvaje y para quienes estén interesados en observar diversas
formas de vida rural, cultural, arte y tallas tradicionales.
Para llegar al lago Wasui hay
que entrar en uno de los tantos afluentes del río Sepik: el río April,
que viene de la Cordillera Hunstein (1.544mt.), a través de una de las pocas selvas tropicales del mundo. Esta densa
selva hospeda muchísimas especies raras de aves, insectos, árboles y plantas.
Es una de esas pocas oportunidades que se puede tener para encontrar un único
lugar con un medio ambiente tan fresco y un sonido tan natural jamás podido
escuchar. Esto último incluye a Hornbills, Loros de hermosos
colores, Cacatúas blancas y negras, Aguilas Pescadoras, Cormoranes,
y otras diferentes Aves acuáticas, Casuarios,
las legendarias Aves del Paraíso (Birds of Paradise), Cerdos salvajes,
Cuscus, Cocodrilos, extraordinarias Mariposas de todos los
tamaños y eléctricos colores, Orquídeas -incluida la exótica Azul del
Sepik, y de millones y millones de Mosquitos!!, muchos de ellos
causantes de Malaria entre los pobladores de estas tierras.
Una vez instalado en mi
habitación y tras un breve descanso me reuní con Mathew para hablar
sobre la posibilidad de realizar mi trayecto. Tras calcular varios
presupuestos tuve que quitarme de la cabeza, con mucha lástima, mi plan de continuar
navegando río abajo haciendo varias paradas en pueblos y otros lagos
interesantes hasta llegar a Angoram, donde esperaría a que pasara algún Banana
Boat (embarcación con motor fueraborda de fibra) que transporta casi a diario nuez de betel hasta cerca del pueblo Bogia,
a orillas del Mar de Bismarck, donde disfrutaría de varios días de playa y desde allí me
trasladaría luego en minibus hasta Madang, mi siguiente destino.
Todas los combinaciones
posibles y los precios estudiados sobrepasaba exageradamente mi presupuesto y a final Mathew
me propuso algunos recorridos cortos en canoa por el lago durante cinco
días y seis por el Upper Sepik (Sepik Alto), visitando diferentes
comunidades y zonas húmedas que por aquí son mucho más variada y rica que en
los lagos del medio y bajo Sepik.
Mathew no es
precisamente de los más baratos, y como todos los guías que he conocido en Papua,
es otro de tantos "bisnoso". No creo que hayamos gastado los 300l.
de gasolina que me había pedido comprar para los 10 días de trayecto por la
zona y al final del trayecto me sorprendería con una acción muy poco
decente!.
Por otro lado, tan sólo por usar
su canoa (250K.), su sueldo al día como guía (100K.), el de su hijo Woppi
como piloto del motor fuera borda (50K.) y la noche en su G.H. sin comida (50K.) aunque
siempre me ofrecía el refresco local (cocos), mangos y papaya, hacen la suma de
450K./día (175e). El combustible que se gaste, la comida,
el resto del alojamiento y los precios de las visitas a las Casas
de los Espíritus (Haus Tambaran) aparte. Sumado todo llega a reflejar unas
cantidades estratosféricas, imposible de pagar por quienes intentamos viajar con
presupuestos bajos. Es una verdadera locura lo que cuesta navegar por el río
Sepik debido principalmente al precio que ponen los propietarios de las canoas.
Aparte, el coste del combustible, que cuanto más lejos se navega más caro
resulta comprarlo. Normal que el río Sepik sea destino de ricachones.
Estos precios están pactados por algunos tour-operadores turísticos con los propietarios de las canoas ya que se suelen poner en contacto telefónico con ellos para fijar unos precios de referencia y así no romper el mercado, aunque a la larga sean los propios nativos quienes salgan perdiendo al tener movimiento turístico solamente los meses de bailes tradicionales (Agosto-Septiembre) y no el resto del año debido a lo caro que resulta.
Estos precios están pactados por algunos tour-operadores turísticos con los propietarios de las canoas ya que se suelen poner en contacto telefónico con ellos para fijar unos precios de referencia y así no romper el mercado, aunque a la larga sean los propios nativos quienes salgan perdiendo al tener movimiento turístico solamente los meses de bailes tradicionales (Agosto-Septiembre) y no el resto del año debido a lo caro que resulta.
Las casas de Matiew -son dos porque tiene dos mujeres con tres hijos de su primera y otro hijo de su
segunda, cada una de ellas en una casa con su correspondiente cocina- están enclavadas a orillas del lago a un extremo del pueblo. Ha construido otra al lado para sus huéspedes con cuatro habitaciones. Cada una tiene dos colchonetas
en el suelo, mosquitero y cortinas en las puertas. Una cocina con botella de gas
en un amplio salón con una hermosa vista a la laguna es la otra parte de esta
construcción en madera. La ducha y "retrete occidental"
están fuera, en otra pequeña caseta doble.
Diez escuálidos perros
mal-tratados (tienen cortes de machetazos por el cuerpo) compone el resto de su
"cuadrilla". El resto de sus familiares se encuentran al otro lado
del pueblo y repartidos por otros a través del río.
El pueblo Wagu está
rodeado por un lujurioso bosque tropical con caminos que llegan hasta enormes
árboles (Great White Heron Tree) donde se desplayan las famosas Aves
del Paraíso, habitan Casuarios que pueden llegar a medir más de
metro y medio de altura y donde la belleza de los sonidos envuelve de manera
extraordinaria.
Afortunadamente traer una serie de alimentos para hacer en la cocina ahorra mucho del presupuesto y a la vez permite una poca de intimidad, pues ya lo tengo más
que comprobado, el comer con las familias es un tanto embarazoso. No son
nuestras costumbres de comer todos juntos, se nota un ambiente separatista por
sexos y en muchas ocasiones el extranjero come aparte o esperan a que termine
de comer para empezar ellos.
Suelo ser muy crítico con los
musulmanes a la hora de tratar a las mujeres y sus hijos, pero una vez
comparado mis experiencias por el Pacífico Sur y las Papuas, tengo
clarísimo que nuestras sociedades tienen mucho en común: las mujeres tienen un Valor
= 0. Son las más castigadas socialmente. Y no porque se me ocurra así de
"remplón", es que habiendo charlado en ocasiones con
"ELLAS", así me lo han confirmado.
Aquí en PNG. los hijos no pertenecen a
sus madres sino a sus padres quienes han fertilizado un "COÑO". Y
cuando no se puede tener hijos la culpa es de la mujer. Y esto se puede
entender tras visitar y observar detenidamente las pinturas y obras talladas en
madera de varias Haus Tambaran (Casa de Espíritus) donde la mujer tiene
prohibido (Tambu) su acceso. Excepto las extranjeras -que al igual que
los hombres, pagan por entrar-, que tienen "buena acogida" en ellas.
En este caso se han referido a
que la mujer local no debe ver las tallas sexuales de hombres con enormes penes
o escrotos. Cuento chino!! (o melanesio).
Durante los primeros cuatro
días estuvimos paseando por el poblado observando a su gente trabajar el día,
visitamos alrededor del lago Wasui varios nidos con huevos de cocodrilos
en el lago en medio de la vegetación, una granja donde una familia se dedica a
alimentarlos una vez nacido para luego vender su piel, visto a primera hora de
la mañana varias Aves del Paraíso (Lesser Birds of Paradise) y otras
especies en una zona algo apartada del pueblo cerca de los montes Hunstein,
caminado por el bosque hacia una cascada que traía poca agua, afortunadamente,
pues apenas ha llovido estos días, haciendo casi perfecto pasear en canoa sin
mojarse mucho. Hemos salido a pescar enormes pirañas -y comido-, y cazado de
manera tradicional con sus diez perros (arcos, flechas y lanzas) tres cerdos
salvajes -y comido-.