27/2/13

EL PAIS (PNG.)

La isla Nueva Guinea fue vista por primera vez en 1512 por el marino portugués Antonio de Abreu durante un viaje explorador a las islas Molucas, pero descubierta originalmente en 1.526 por el portugués Jorge Meneses, mientras se protegía del paso de un monzón. Llamó a la región Islas dos Papuas, que viene de la palabra malaya Papuwah, que significa "rizado" porque los navegantes malayos llamaban así a la población melanesia de las islas por su cabello rizado, aunque debe su nombre actual al marino y explorador español Iñigo Ortiz de Retes.
Los occidentales "más modernos" llegaron a las tierras altas del interior hace apenas cincuenta años, encontrándose una sorprendente población de agricultores, cazadores y pescadores viviendo en pequeñas aldeas casi unifamiliares, con una cultura de agricultura bastante bien establecida (Ñames, Sago, Cocos, Frutos del Pan y Cañas de Azúcar), con más de 9.000 años de antigüedad.
Dividida en tres por intereses y guerras coloniales (Alemania, Holanda e Inglaterra) que nada tenía que ver con los habitantes de esta isla y cedida finalmente a Australia. Accediendo a su independencia en 1.975 con el nombre de Papua Nueva Guinea (Papua Niugini).
El río Sepik, sus lagos, las altas mesetas de la zona central (Highlands) situadas por encima de los 2.000mt. de altitud y cumbres que superan los 4.000mts, pequeños poblados rurales, muchas de sus playas y decenas de pequeñas islas componen lo más visitado de este país.
Pero a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo uno de los territorios menos visitados turísticamente del mundo, principalmente debido a los desorbitados precios de los hoteles y de muchos artículos y alimentos de primera necesidad ya que al no haber ayudas del gobierno nacional ni iniciativas locales casi todo se debe importar de países vecinos llegando al final a venderse a muy altos precios.
Una gran mayoría de habitantes no trabaja y los que pueden no suelen tener ni trabajo ni sueldo fijo. Se pasan los días sentados o apoyados en una sombreada esquina charlando con los otros "parados" esperando que su señora venda la mercancía del día para arrancar con las perras a comprar más Buais (nuez de Betel) que mascar (o cervezas para emborracharse). Tienen muy mal beber e igual se pelea con el amigo en plena calle como con su mujer a la que golpea sin reparo alguno delante incluso de más gente. Es muy agresivo con copas encima y sus charlas en ocasiones llega a "comer la oreja" con inentendibles frases sobre todo cuando tiene su boca llena de buais que mascan, chupan y escupen constantemente.
Esta es una sociedad muy violenta y la mayoría de las veces las peleas transcurre entre facciones tribales. El viajero puede encontrarse sin saberlo en zonas peligrosas en cualquier momento de su viaje. Hay una tradición muy arraigada de ajustes de cuentas (venganzas) a través del combate personal y público. Los periódicos locales hacen constantes referencias a asesinatos o cierta cantidad de personas heridas en peleas.
Ni siquiera los comerciantes locales parecen tener aspiraciones algunas. Siempre con las mismas cuatro cositas en los estantes intentan sobrevivir. Las vendedoras de buais que se encuentran sentadas en el suelo o en mesa con sus piezas expuestas escrupulosamente ordenadas acaban comiéndoselas casi todas con tremenda "afanaera". Pero los que se deciden por montar algo más grande como Hoteles o Guest Houses demandan las cantidades más indecentes que se pueda pedir para lo que realmente ofrecen. Muchos de ellos han acordado los precios con algunos touroperadores que traen grupos turísticos.
Los extranjeros establecidos aquí tienen acaparado el 90% de los negocios del país.
Los autóctonos que han aprendido también tácticas casi abusivas comerciales son igualmente culpables de la desbocada escalada de precios que sumado a la indecorosa corrupción de los políticos locales (muchos de ellos antiguos religiosos pertenecientes a diferentes congregaciones) y arengados por empresarios extranjeros optan por dejar atrás sus convicciones a cambio de una codiciosa vida millonaria a costa siempre del pueblo que es quien termina pagándolo.
Sueldazos de compañías petrolera, minera, telefonía, aviación... son las culpables también de estas desenfrenada escaladas de precios.
Los precios de los hoteles en las ciudades más comerciales arrancan desde 250K. hasta 2.000K. (800€) o más la noche. ¿Cómo es posible eso? Pues para dar cobijo a políticos y empresarios mafiosos que mueven tantísimas cantidades de dinero en este país.
Al haber una fuerte inversión por parte de las multinacionales la moneda local (Kina) es cada vez más fuerte haciendo que PNG. sea un lugar muy caro para visitar y vivir, y como todo hay que importarlo desde países vecinos, esto ha llevado a aumentos constantes de precios para sus habitantes y visitantes. El resultado son olas de delitos por robo y violencia en algunas calles o en viviendas y los extranjeros son el "blanco" perfecto. Cada edificio es una fortaleza, y una buena fuente de empleo es la de Vigilante de Seguridad. La situación está completamente fuera de control en algunas áreas metropolitanas de Port Moresbi, Lae o Mount Hagen.
Todo se trae de fuera porque invertir aquí por algo que no da desmesurado beneficio no interesa. Aunque el papuo tampoco está por la labor de evitarlo. Se ha acostumbrado a lo importado.
La mayoría de la población empleada lo está en la agricultura de subsistencia. Las familias tienen fuertes lazos de unión y cualquiera que consiga trabajar es muy probable que apoye a los otros miembros de la familia que no pueden. En la práctica esto significa la existencia de un nivel uniforme de pobreza. Unos pocos son capaces de acumular la riqueza suficiente como para continuar invirtiendo en diversa áreas o para abarcar cualquier tipo de negocio.
A pesar de los enormes recursos minerales y petrolero, dicen que PNG. es uno de los países más pobres del planeta (...?).
Los campesinos suelen tener pequeñas plantaciones para su diaria subsistencia. Otros prefieren comer todos los días Sago y Pescado ahumado, o Ñames y Verduras, o Batatas. La mujer es principalmente la que se curra la labor de estar todo el día machacando la palmera del sago, o de ahumar el pescado, y de cuidar a los niños, y de traer el agua a casa en cubos, y de hacer las comidas diarias... No he visto apenas hombres en los mercados sentados vendiendo las mercancías como hacen las mujeres. Son muy "hombres" como para realizar esta labor. Y precisamente de ésto es de lo mas que se quejan las mujeres cuando se les pregunta a cerca de la distribución del trabajo diario. E incluso muchos de ellos lo reconocen abiertamente. 
De hecho no está recogida en su diccionario. Desconocen el significado de la palabra “machista”. 
Ellos prefieren irse con los coleguitas o algunos familiares de cacería, construir viviendas (a cambio de cervezas y cualquier comida con arroz, mucho arroz, aunque luego se tenga que tirar), limpiar y adecentar su plantación...
He elegido venir hasta aquí en esta época del año porque no es turística, es el momento idóneo para relacionarse con las diferentes comunidades sin que haya intereses por medio, y es ahora donde se ve a la gente en su estado natural sin estar condicionado por las fiestas multitudinarias dirigidas a los turistas. Y por lo que me han contado, prácticamente todo lo que se realiza hoy día con relación a sus tradiciones y sus antepasados ha sido preparado solamente para satisfacer a turistas adinerados que pagan un mogollón para verlos pintados, bailando y principalmente fotografiarlo, aún sabiendo que es todo un show turístico. Y en muchas ocasiones es el gobierno quien lo subvenciona para dar propaganda de su política local y atraer a turistas con mucho poder adquisitivo. Pero son los touroperadores de los países de origen quienes sacan el mejor provecho de todo este negocio ya que son los que hacen el contacto con sus representantes locales. Y son los que pactan los precios de los alojamientos con los propietarios aunque ello implique dejar de ganar dinero el resto del año por ausencia de turistas que no quieren pagar esos altos precios (como yo).
Los bailes del fin del verano en Papua son los que traen principalmente a más grupos de turistas adinerados al país que quieren todo hecho y sin esfuerzo.

Por otro lado, también es el momento de los encuentros anuales de muchos familiares y amigos que vienen de lejanos territorios a estas representaciones, la mayoría de las veces con el transporte pagado por el gobierno, aunque suelen estar muy pocos días, volviéndose a sus lugares de origen nada más concluir sus bailes. Ellos mismos reconocen que si no tuvieran subvenciones dejarían de actuar debido a la pérdida continua de interés por las tradiciones debido a otras prioridades como la diaria subsistencia en un país muy complejo.

La puerta de entrada a PNG. es Port Moresbi y al salir del aeropuerto lo primero que uno ve es un enorme letrero que dice: "Bienvenidos al Paraíso". Un Paraíso que podría bien ser debido al clima perfecto, a su enorme cantidad de fauna, a las hermosas montañas, a los bosques, a los arrecifes de coral, a algunas playas y a muchísimos hoteles de lujo, pero completamente rodeados por alambres de púas y repleto de guardias de seguridad, que posiblemente cobren una miseria para el riesgo que corren con su trabajo. Sin embargo, durante todo el año hay muy pocos turistas, y un montón de expatriados que participan en el funcionamiento de la infraestructura del país y que perciben abultadísimos salarios que cualquier local soñaría cobrar.
No hay prácticamente aquí ninguna producción. La minería y la agricultura son los sectores oficiales principales, sin embargo, la principal actividad económica es la delincuencia (Raskals). Cada hogar o negocio es una fortaleza. A la entrada y salida de cada tienda o almacén los guardias de seguridad cachean a prácticamente todos los clientes y miran sus bolsos. A los blancos ni se les toca. Las calles están llenas de desempleados que se reúnen para charlar, mascar Buais y ver la vida pasar.
Los blancos son unos pocos y causan curiosidad extrema. Es un sentimiento muy raro que se tiene cuando muchos ojos siguen cualquier movimiento que se haga, y es probable que se consiga reunir a un grupo de curiosos mirando por encima del hombro o descaradamente de frente para observar exactamente que se está haciendo. No son tan irritantes como los bagladeshis pero sí molestos en ocasiones, sobre todo los niños.

Casi todos los días y en cualquier ciudad a la salida de supermercados o en los mercadillos es posible encontrar a algún sudoroso charlatán enchaquetado que, Biblia en mano, grita a la multitud que lo rodea ciertos pasajes bíblicos, como si en un púlpito estuviera. La gente los sigue y aplauden con mucha convicción. Casi siempre siguen una misma representación: un objeto en el suelo y caminar constantemente de lado a lado señalándolo como si se le estuviera juzgando. El espectáculo está garantizado.
Un 85% de la población está compuesta por papuos (semejantes a las comunidades aborígenes australianas) y un 15% por melanesios que presentan características propias de las razas africanas: la pigmentación de su piel es oscura y el pelo considerablemente rizado.
Su clima tropical es extremo, su temperatura y humedad muy elevadas, y unido a la profusión de catástrofes naturales como tifones y tsunamis ha provocado que sus habitantes se hayan dispersado de forma considerable por la isla, originando la aparición de más de 800 lenguas diferentes (representa la cuarta parte de las que se habla en todo el mundo), aunque muchas de ellas ya ni se hablan. La totalidad de estos idiomas pertenecen a la familia de las lenguas malayo-polinesias.
Estas distintas oleadas migratorias provocaron un considerable mestizaje que se refleja en la existencia de numerosos grupos culturales, y la orografía montañosa ha facilitado el aislamiento entre los grupos tribales.
El idioma que se habla es el Tok Pisin (Pidgin), un lenguaje criollo inventado por colonos alemanes para que todos pudieran entenderse. Podría interpretarse como un inglés chabacano. Aunque entenderse es más o menos sencillo porque muchos hablan inglés, pero con su acento y con su manera de pronunciar ciertas palabras. El hecho de tener casi siempre varias bolas de buai en la boca (completamente sucia de restos pegados en su dentadura y que no apetece mirar, y a veces hay que estar algo apartado por que salpican) chupándola y mascándola hace en ocasiones difícil entender ciertas palabras.
Algunas de sus palabras son derivaciones del castellano como:
Mi no save: No lo sé
Pikinini: Pequeñito (Bebé o Niño)

Su economía tribal podría ser descrita como de agricultura de subsistencia (o semisubsistencia) centrada en una serie de cultivos básicos esenciales para la dieta alimenticia de la población, fundamentalmente Mandioca, Taro, Ñame, Batata, Sago, Cacao y Café.
Buena parte de las tierras bajas pantanosas de la zona costera están prácticamente deshabitadas, mientras que la mayoría de la población vive en zonas de valles más elevados.
La propiedad de la tierra, esencial para la subsistencia, se transmite de familia en familia, aunque existen diferencias ya que en algunas aldeas impera la herencia patrilineal y en otras la matrilineal. Esto ha llevado a infinidad de salvajes luchas entre aldeas cercanas, o familias, debido al robo de terrenos.
El concepto de familia y las relaciones de parentesco son extremadamente importantes, configurando los principales elementos culturales de la vida social.
Es normal que en cada aldea exista una casa para reunirse los hombres y los jóvenes, pero para las mujeres no hay nada de eso. Ellas se suelen sentar en el terreno, bajo la sombra de algún árbol a jugar a las cartas o a charlar. Es en casa donde despliegan toda su ingeniería y energía en hacer de comer, lavar, pescar, cuidar a sus niños o algunos familiares acogidos por ciertos problemas..., es decir, todo o que no sea pensar (no vayan a superar en inteligencia a los hombres!).
La poligamia está muy extendida y el orden social no está basado, como en otras culturas, en la imposición por parte de un jefe o un consejo de sabios, sino por el contrario, en la adecuación a unas normas tradicionales, conocidas por todos, y que se transmiten de generación en generación. En este sentido, las obligaciones recíprocas, el honor, la opinión pública y las creencias religiosas han dotado de una enorme cohesión a estos grupos tribales.
A inicios del siglo XX fue descendiendo la belicosidad de las tribus debido a la influencia de los misioneros que fueron asentándose en las zonas costeras y más tarde en el interior. Su enorme diversidad cultural, social y lingüística sufrió un primer impacto brutal y más aún con la sucesiva llegada de exploradores y comerciantes europeos, siendo finalmente muy atacada por los rapidísimos avances de la globalización: vestimenta, actitudes, música, danzas, deporte (principalmente fútbol)..., y la maldita televisión.
Una inmensa mayoría mastican y chupan la blanda nuez central (Betel) del fruto que cuelga en racimos de la Palmera Areca, una de las tantísimas especies que se encuentran en esta isla. Contiene un estimulante (Arecoline) que afecta al sistema nervioso central, creando extrema adicción. Le añaden una vaina vegetal (mostaza) que es mezclada con un polvo blanco (lime) sacado de conchas marinas, creándose una reacción química 
con la saliva de color rojo intenso, que han de escupir constantemente. Los dientes se vuelven con el paso del tiempo y el escaso aseo de color rojo oscuro o negro, llegando incluso a perder piezas dentales centrales pues pelan su dura cáscara con los dientes. Hay otra variedad de nuez que es mucho más dura aún y mascan sonoramente.
Las diarreas son comunes y la visita al doctor necesaria, pero al ser un vicio reivindicativo "de clase social" y debido a la realidad, la pobreza, no acuden. Hay muchos casos de problemas estomacales agudos.
Es muy barato y junto al tabaco local, que lían con papel de periódico, son los vicios más extendidos en el país. La cerveza al ser muchísimo más cara deja de ser el vicio colectivo, siendo sólo para los más adinerados. Es una sociedad exageradamente viciosa y compulsiva.
Quien no masca Buai no pertenece al grupo social y no está mal visto tener la boca sucia. Muchas parejas ni se besan. Son muy pocos los que se lavan los dientes tras chupar. Pero quienes están todo el día (más de 20 buais) dale-que-te-pego chupando no se los lavan nunca. Muchos tienen manchadas sus camisas, las puertas de sus coches, las ventanas de los minibuses, e incluso hay que estar controlando el entorno cuando se camina por una acera o arcén ya que desde cualquier lugar o vehículo llueven escupitajos de los desaprensivos que escupen sin mirar. Al estar constantemente mascando buai muchos se olvidan de comer, y podría ser considerado como la comida de los pobres.
Algo que repiten mucho los guiris que viajan por PNG. es la extremada amabilidad de sus habitantes. Sí, lo son, pero la gran mayoría quieren algo a cambio de manera subrepticia!!, y sólo cuando ven la posibilidad de sacar beneficio propio. Y esto lo he visto constantemente durante mi viaje, muchos son unos cretinos, absolutamente inmorales, desde el que va a pie por las calles hasta el que trabaja en un banco, una compañía aérea o cualquier político o militar de este país. Jamás he visto en 30 años que llevo viajando por el mundo tanta gente miserable!!. Las mentiras son constantes. Las respuestas que dan ante cualquier pregunta, la mayoría de las veces, es respondida con una mentira. Han de responder. Lo que sea. Y no importa que sea una mentira!!. La falta de "palabra" prima en muchísimas personas.
El mayor peligro en PNG. no son realmente los Raskals (ladrones), son lo mentirosos y la gente de poca Palabra.
Los pocos extranjeros que vienen por aquí lo hacen para gastar una considerable cantidad de dinero para tenerlo todo hecho. Es de esta manera como la gente que trata con turista se abre intensamente. Invita a ir a los poblado de su familias, a quedarse con ellos (ja, ja, pagando claro, y más caro!!). Y es aquí donde se ve el derroche que hacen de las comidas que se ha comprado para hacer un tour, por ejemplo por el Sepik. O por los pueblos del Valle de Baliem. Como sólo comen Sago y Pescado, o Taro o Ñame o Batata la llegada de un turista es una fiesta. Haalaa, comida en abundancia para todos, que paga el guiri!!! Y no importa que la comida, el Café, el Azúcar... esté ajustado al tour. Al final el guiri tendrá que comprar más, y más caro, porque no dará para toda la ruta aunque se haya comprado en exceso.
Así ha sucedido constantemente estando yo presente. Así me ha sucedido en TODAS las ocasiones (tres de tres) que he optado por ir con un guía a algún lugar. Y eso que les he pagado lo que en un principio me habían pedido, aún sabiendo que lo que demandaban era excesivo para la vida en el país.

Otro de los mayores problemas del país, además de las mentiras de sus habitantes, son los mosquitos transmisores de la Malaria.
No sólo hay seria resistencia a la Cloroquina sino que la resistencia ocurre en dos especies de Malaria (Falciparum y Vivax). En muchas partes del mundo sólo una especie es seriamente resistente y preparada para matar: la Falciparum.
La Cloroquina es usada a menudo por los habitantes en países en desarrollo porque es barata y fácil de conseguir.
La Mefloquina (Lariam), la Doxicilina (la que yo uso siempre) y el Malarone son todas efectivas en este área. Al igual que la Primaquina, pero se debe primero testar para estar seguro que no se tiene reacciones adversas muy malas, así que sería de uso sólo si no se puede tomar algunas de las otras.
En PNG se sigue utilizando localmente Cloroquina (Artemether) de procedencia china, como primera defensa cuando se siente los primeros síntomas característicos de esta enfermedad (4 comprimidos el primer día + 2 el segundo + 2 el tercero que se combina con tres pastillas de Fansidar), durante tres días cuando se tienen Fiebre alta, Escalofríos, Diarreas, Vómitos... , pero se la considera inservible como profilaxis.
En cualquier farmacia se puede conseguir estas pastillas, pero es esencial acudir a un médico privado y hacerse las pruebas para estar completamente seguro de lo que se tiene.
Un mosquitero es esencial a la hora de dormir, son económicos y 100% seguros si se usan correctamente.
Afortunadamente, de momento, no he tenido ningún problema viajando durante estos meses y tomando Doxicilina todos los días. A veces me encandila los día de mucha luz, pero con unas buenas gafas se resuelve fácilmente.
He gastado muchos botes de Aután impregnándome todas las partes visibles de mi cuerpo, he quemado algunas espirales antimosquitos y he vestido por las noches camisas de mangas largas y pantalones largos. Aunque no puedo estar seguro si en un momento dado algún picazón de mosquito me haya transmitido algo.
(...)

26/2/13

Impuntualidad de Papua (o Papua Time)

Me habían comentado que Madang Resort, que se encuentra junto al hostal Country Women’s Assosiation (CWA) donde me estaba quedando, dispone de un mini-bus de transporte que se desplaza varias veces al día al el aeropuerto para recoger o llevar a sus clientes todos los días y también puede llevar a los que no son clientes (30K.), así que el lunes a medio día fui a informarme del horario pero me indicaron que comenzaban a trabajar a las 7 de la mañana. Es decir, no podía cogerlo ya que mi vuelo a Port Moresbi salía a las 6:30.
Allí mismo me ofrecieron el número de la compañía de taxis Ark -la única que trabaja en Madang con unos pocos vehículos- para poder trasladarme con cierta seguridad al aeropuerto a las 4 de la mañana. Quien me cogió la llamada le pareció muy temprano esa hora para empezar a trabajar (!) así que tras un juego de números al final pude conseguir que me recogieran a la 4:30. Según me insistió la vendedora de billetes de la Cia. AirNiugini, debía presentarme dos horas antes para facturar. Hice caso de su aviso, aunque el aeropuerto tan sólo está a 8km. del centro, pero sabiendo que cualquier cosa puede suceder cada medio segundo... quedé con el taxista a esa hora para que me recogiera en el CWA. Como estoy es un país más que "IMPREVISIBLE" llamé por la noche nuevamente al teléfono de Ark para reconfirmar mi servicio. Esta vez quien me cogió el teléfono no sabía nada pero me aseguró que se lo recordaría a su  socio que recibió el servicio del aeropuerto a mi nombre.
Pues el martes a la 4:45 no había aparecido nadie a recogerme. El silencio era absoluto en la calle y no se veía luces de ningún vehículo cerca. El vigilante del hostal sonriendo dijo que me tranquilizara, que era "Papua Time", es decir “tranqui que ya aparecerá”. Ya lo que me faltaba por oír. Seguro que cuando van al banco a buscar dinero no van a las tantas de la tarde, o de la noche, con su "Papua Time"!.
Así que volví a llamar, y sorpresa… el tipo estaba durmiendo!!!...y no se acordaba del servicio!!! Tras insistirle que debía presentarse urgentemente para recogerme, el individuo apareció a las 5 en el G.H. como si nada hubiera sucedido. Aunque pude llegar bien de tiempo a la Terminal lo más llamativo fue que media hora antes del vuelo, el Check In continuaba abierto y llegando algunos pasajeros a facturar. Me pareció otra absurda situación más de las que estoy viviendo en este país. Los pilotos y azafatas llegaron también 30min. antes de la hora de salida.
Observando detenidamente todo lo que sucedía a mi alrededor, me dio la impresión en ese momento que no saldríamos a la hora prevista, y mi nerviosismo aumentaba por momentos pensando lo que podría ocurrir si se retrasara la salida más de una hora. No quería perder la conexión de Port Moresbi con Islas Trobriands con la otra Cia., Arlines PNG, la única que vuela a Losuia, la capital de Isla Kiriwina. Bueno, esto no sería nada para lo que me esperaba este día.
Si he comprado mayoritariamente los billetes de avión a la Cia. Nacional Airniugini es porque tiene fama de ser la más puntual -de las cuatro que hay en este país-, y la más segura.
Pues cuando nos disponíamos a embarcar, subiendo las escalerillas del aparato, los motores se pararon. Todos se miraron extrañados. Continuamos subiendo al aparato y estuvimos esperando más de treinta minutos en cabina hasta que nos mandaron nuevamente descender a la sala de embarque. Al final pudimos volver a la nave y salir con un retraso de una hora y media... suficiente para que perdiera la conexión con el vuelo de Ailines PNG. Así que me encontré en el aeropuerto de Port Moresbi tirado esperando que Airniugini se preocupara por resolver mi situación. Hasta dentro de dos días no había otro vuelo hasta Kiriwina por lo que tendría que pasar dos noches en Port Moresbi, pero no pagado por mí sino por la compañía culpable de la pérdida de mis vuelos. Pues me costó cuatro malditas horas de tiras y aflojas, regateo y comercio hindú de mercadillo con una "mandada" de la manager -que no quería dar la cara -de esta compañía, una de las que más beneficios anual tiene en PNG..
Al principio no querían ni hacerse cargo de nada, pero como me vieron luchar por mis derechos como viajero aflojaron un poco. No me iba a quedar parado pero tampoco quería verme tirado sin nada y sin asistencia de nadie con poder para arreglar mi situación. Pues me querían mandar nuevamente a Madang para volver a repetir el intento a los dos días. Otra vez a las cuatro de la mañana?...NOOOO!!!, y menos en este más que imprevisible país.
La razón principal era que no querían pagarme las noches de hotel en Port Moresbi, así que la única opción que pude ver para no salir perdiendo era embarcar en el siguiente vuelo que ellos tenían hacia Alotau y allí esperar la salida de Airlines PNG a Kiriwina, pagado por ellos, claro. Al final aceptaron la propuesta pero con la condición que yo pagara el hotel en Alotau. Como tengo seguro de viaje y me cubre ciertos imprevistos, tuve que aceptar.
Cuando descendí del avión me dirigí hacia el manager de la compañía que había sido avisado de mi problema y debería hacerse cargo de mi traslado hacia la ciudad pero me hizo esperar tanto que terminé subiendo a una ranchera que un vecino, al verme ahí esperando, me ofreció traslado.
Aproveché para quedarme en Napatana Lodge, un clásico en Alotau entre los expatriados que trabajan en esta agradable pequeña ciudad y los turistas "millonetis" de inmersiones y yates que disfrutan de su fraternal bar de borrachos al estilo inglés (o australiano). Es caro, con cierto lujo y muy lejos de la realidad papuana. Nada que ver con la ciudad, una pequeña y sencilla localidad comercial donde abundan los supermercados, almacenes y los entrañables isleños haciendo sus necesarias compras para llevar de vuelta a su aldea o su isla en alguna de las tantísimas embarcaciones que se encuentran varadas en el pequeño muelle. Es un verdadero crisol de culturas: papuos, melanesios, polinesios y chinos.

Los nativos de las islas alejadas visitan Alotau de vez en cuando, por lo general en bote rápido o en uno de los barcos comerciales de madera fondeado, ya sea con los miembros de su clan en los pueblos cercanos, o a lo largo de las orillas del propio puerto.
Las carreteras no están en mal estado pero los vecinos que viven en la costa y en otras islas no tienen más remedio que navegar para poder alcanzar los mercados, supermercados o el Hospital. El 
transporte más popular es el PMV (Vehículo de Motor Pública), básicamente camiones de plancha plana provistos de asientos de madera a lo largo de los lados y cubierto con un toldo, seguido de guaguas pequeñas, minibuses y taxis. 
Tener el aeropuerto Gurney bastante cerca, un puerto de aguas profundas capaz de maniobrar tanto embarcaciones de tamaño mediano como cargueros, ha llevado evidentemente a Alotau a convertirse en capital de la provincia de Milne Bay.
Su animado mercado que funciona de lunes a sábado, desde las 8:00am hasta las 5:00pm es una colosal aventura. Los horarios podrían variar ligeramente, pues se opera con el “Island Time” (abro o cierro cuando me da la gana). Se vende todo lo que un nativo pueda necesitar relacionado con la alimentación, pero debido a la falta de refrigeración, sólo se encuentra comida fresca, incluida una amplia variedad de mariscos y verduras exóticas. Es raro hallar carnes rojas como la de vaca pues aquí no se crían localmente, ni cabras ni ovejas. Ocasionalmente se puede encontrar pollo cocido o CusCus (una especie de marsupial, o comadreja, que vive en los árboles). No hay productos chinos baratos, ni juegos electrónicos, ni gafas de sol ni relojes, solamente lo que se puede comer. Al igual que es imposible encontrar aquí ninguna tienda vendiendo artefactos turísticos, más bien se podrá encontrar artículos de uso diario en la vida de pueblo.
Este es un lugar maravilloso para comenzar a sumergirse en la cultura local. Milne Bay tiene la reputación de ser uno de los lugares más seguros y amigables en el conjunto de PNG. y que a menudo se puede describir situaciones anecdóticas sucedidas con niños o adultos curiosos.
Hay 2 bancos con cajeros automáticos, oficinas de Air Niugini, Airlines PNG, Air Cargo TNT, mensajería de DHL, un par de farmacias, aunque los suministros de medicamentos a veces pueden no estar disponible y una agradable oficina de Información Turística. Los pequeños supermercados traen aquí los alimentos occidentales más comunes. Lamentablemente no hay establecimientos de buceo, aunque antes había una tienda en el Hotel Alotau International, pero no había suficientes turistas para mantenerla y por lo tanto la han cerrado. Y pienso que es una pena porque el buceo en esta zona es de clase mundial.
Es frecuente que alguien se acerque vendiendo algunas tallas de madera, muy posible de las Islas Trobriand pues son muy apreciadas entre los coleccionistas de arte de todo el mundo. Muchas de estas esculturas se encuentran a menudo en Alotau, en busca de un comprador que las sepa apreciar.
Poco más he podido hacer en Alotau. Me dirigí al puerto para localizar las embarcaciones que viajan hacia Isla Kiriwina porque quería regresar desde allí a Alotau en barco pero la línea regular que hacía esa ruta ha sido retirada debido a varios accidentes marítimos y las únicas que lo hacen ahora son pequeñas embarcaciones que llevan mercancía hacia las islas. Son poco fiables pues navegan llenas de mercancías hasta los topes y con mala mar suelen ser peligrosas. Así que la única opción que me quedó fue comprar un billete de vuelta en avión.
Mi intención al regresar de Islas Trobriands era pasar cuatro días en East Cape, un poblado de pescadores a 58Km. con alojamiento muy económico y buenas playas para bucear, pero me han roto el plan por la mitad. Regresaré a pasar los otros dos días que me quedan y luego volver a coger otro vuelo a Port Moresbi conectando luego con Wewak donde haré una noche para retomar otro avión a Vanimo, frontera con Papua Occidental, dos días antes de concluir el visado papuo, aunque cruzaré un día antes porque es el mercado de Batas y hay más transporte público hacia la frontera.

25/2/13

COMER EN PNG.

El peor lugar del mundo para comer en la calle de los que he visitado es PNG.. O así lo he visto yo durante el tiempo que llevo viajando por esta otra parte de esta enorme isla.
Quien se hospede en uno de los tantos carísimos hoteles podrá degustar algunos platos locales, pero a elevados precios (desde 25K./12€- el plato más simple).
En la calle todo es más cutre. Los Kai Bar abiertos por todo el país ofrecen casi los mismos grasientos productos con muy poca presencia en sus correspondientes bandejas dentro de unos expositores calientes "para llevar", o comer allí mismo en mesas con sillas como si de un restaurante se tratara: desde salchichas fritas o sancochadas, hot dogs, Arroz con carne o pollo, Papas fritas, Fideos fritos (si el dueño es chino), Batatas sancochadas, verduras con leche de coco, Pescado entero rebosado en mogollón de harinaSandwiches,.... 
Los precios oscilan entre 2K. un huevo duro, 2'5K. una salchicha, 3K. el arroz blanco, 5K. un trocito de pollo, hasta 9K. arroz con carne o pollo.
Otro caso son los puestos regentados por señoras que se traen la comida de casa para vender sobre una mesa en la misma calle, normalmente junto a otros puestos que venden diferentes artículos, de mucha mejor calidad en muchos casos. 
En varios calderos suelen tener Verduras con leche de coco, Pollo frito, Salchichas, Bananas fritas, Bandejas de arroz blanco, Bolas de arroz rellenas, Tortas de Sago (Sak Sak) fritas o sancochadas dentro de una hoja de platanera (con una textura muy parecida a La Pâte africana), Piña sancochada, Pescado Frito envuelto en una torta de Saksak, Trozos de Pescado Ahumado, Latas de conservas, Aderezantes Maggi para las comidas, Huevos sancochados, ...
Los precios son mucho más reducidos y van desde 50toyas (0,50 K.) la verdura en leche de coco, el sago, la batata, el taro, la bola de arroz rellena... hasta 8K. el arroz con pollo.
Los nombres para las mismas cosas cambian según el lugar, por lo que definir cada una es más complicado.
Otro lugar donde comer económicamente es en las cocinas de los Guest House. El uso gratuito de ella hace que el precio del viaje se reduzca mucho, pues sólo hay que cruzar la calle para hacer la compra del día en el supermercado mas cercano o en los puestos callejeros.
Según la zona del país, predomina un plato más que otro, pero el Saksak (Sago) es lo que más se come, que junto con Pescado ahumado es la dieta de la mayoría de los habitantes con poco poder económico. El arroz blanco se deja para momentos concretos en el que haya que celebrar algún acontecimiento. Los fideos Maggi de paquete, que son muy baratos, también es muy consumido.
Los mercados son muy escasos en artículos alimenticios, y como en todo los lados abundan los productos importados de otros países. Las pocas hortalizas y verduras locales son caras y el pescado ahumado, dependiendo de la zona, muy barato. Quien planta algo de mejor calidad es para consumo propio. Cerca de Angoram he visto pequeñas parcelas de plantaciones de arroz.
Por 5K. (3€)-  se puede salir bien comido del mercado. O de los puestos de comidas en la calle. En los Kai Bar entre 5 - 15K. (3 - 12€).
Al papuo no le gusta mucho el te pero el nescafé con leche en polvo se lleva el primer puesto de bebidas, pero lo beben en casa. En la calle no hay puestos de bebidas calientes y las cervezas se venden en locales especiales de venta de alcoholes. Y no es barata: entre 6 y 6,5K (más de 4€). La bebida que más se ve en los puestos son las mezclas de agua con concentrados embotellados, o cogelado en bolsitas plástica a modo de "polo de hielo". Hay Polos!!
El Pidgin, que es una derivación del inglés inventada por los colonos para entenderse con los indígenas, se usa para casi todos los alimentos, pero también hay diferentes nombres locales para las mismas comidas que cambian de un lugar a otro, según su situación geográfica o el dialecto hablado.
Así pues, los nombres de algunos de los alimentos que he podido probar por los lugares que me he movido tienen los siguientes nombres:
Abus: Carne,
Aibika: Verduras en leche de coco,
Dough ball: Masa de harina frita (a veces dulce),
Kaikai: Comida,
Kaikai long moningtem: Desayuno
Kaikai long belo: Almuerzo,
Kaikai long nait: Cena
kakaruk: Pollo,
Kaukau: Batata dulce,
Kuka: Cangrejo,
Kundu Crackers: Galletas saladas con sabor a carne (dicen).
Kurita: Pulpo,
Laksa: Fideos al curry,
Liklik kaikai: Snack,
Meat Pie: Pastel de carne,
Muli: Naranja, Limón,
Mumu: horneado en un agujero en la tierra,
Pitpit: Espárrago,
Pik: Cerdo,
Popo: Papaya,
Prai Kapiak: Fruto del Pan troceado y frito,
Rais: Arroz,
Rais ball: Bola de arroz rellena (de Carne o Pescado o lo que haya a mano),
Saksak: Sago, en sus diferentes versiones,
Sanwis: Sandwiches,
Switkai: Postre,
Tinpis: Pescado de lata;

Bebidas:
Bia: Cerveza,
Copi: Café
Loli wara: Limonada, bedidas dulces,
Susu: Leche
Ti: Te,
Wara: Agua

24/2/13

De vuelta al Río‏

Como seguir río abajo se excedía ya demasiado del presupuesto que había asignado para pasear por el alto y medio Sepik, una buena opción podría ser volver a la parte baja del río, por Angoram, y continuar hasta su desembocadura. Es decir, saltarme el curso medio-bajo que parece ser tiene menos importancia rural y visual que la alta.
Nuevamente, un camión PMV (Public Motor Vehicule) que traslada a los vecinos de Angoram al mercado de Wewak ha sido el medio de transporte (20K/4h.) que he utilizado para desplazarme hasta allí. 
Junto al mercado de Wewak se encuentra la Terminal con casi todo el transporte que se mueve por esta zona: Minibuses, Guaguas pequeñas y Trucks. Todos tienen dos números que corresponden al destino o de donde proceden. Por lo tanto, para ir a Angoram he cogido el Truck con número 2 - 4, un camión que también tiene en la caja trasera asientos laterales adosados para que se siente el pasaje. La mercancía va en medio y debajo de los alargados asientos.
Una vez en marcha estuvimos algo más de una hora parando en algunos supermercados de Wewak porque cada uno se caracteriza por tener mejores precios en ciertos artículos. Así que, concluidas las últimas compras, sólo faltaban las siguientes tres o cuatro paradas a medio camino para comer en los puestos de carretera o comprar más Buais que mascar. Se hacía las 12 del medio día y aún no habíamos salido de la ciudad. Y eso es algo que no me gusta hacer: salir después de medio día, ya que no garantiza que se llegue de día al destino. Y con esto en PNG. hay que tener mucho cuidado. La carretera está bien asfaltada durante una hora desde la salida y otra hora antes de Angoram. El resto es camino de tierra y piedras, y en partes con barro de casi medio metro que lo hace impracticable para vehículos más bajos.
Ya en Angoram tan sólo habría que esperar el paso de algún Banana Boat que se dirige a Bogia cargado con Buais del Sepik -que parece que tienen muy buena aceptación entre los chupadores de esta tan consumida nuez- y desde allí continuar mi viaje hasta Madang.
Llegamos a última hora de la tarde y encontrar alojamiento no ha sido nada complicado ya que hay varios Guest Houses con precios más o menos aceptables (50K.). Parece ser que los precios están pactados por todos los que trabajan con turistas extranjeros. Casi todos tienen el mismo precio. Me he quedado en el Futulu G.H., justo en frente del embarcadero donde paran las canoas. Es una edificación de madera que tiene 9 habitaciones con baños compartidos en el exterior, un salón central con las paredes pintadas con dibujos rurales y aves, y columnas de madera muy bien talladas. Es muy sucio y las habitaciones lo son aún más. La familia vive en las viviendas contiguas. Pertenece a Jimmy, un conocido guía local con Banana Boat propio.
Tras observar la puesta de sol a orillas del río Sepik, lo siguiente que hice fue contactar con alguien de la familia, ya que Jimmy estaba en Wewak, para que con una canoa a motor me pudiera llevar al siguiente día por el río Keram, hacia Chimondo y Kambot, y concluir en Moin, junto al río Sepik, para poder deleitarme con todo su entorno. En algunas aldeas del río Keram se fabrican muy buenas tablas de madera talladas "que cuentan historias" y las quería ver.
El paseo duró seis horas comenzando por Chimondo, que aunque no paramos sí que disfrutamos de la tranquilidad que envuelve todo su paraje y la cantidad de pequeñas aldeas que fuimos pasando. No hay tanta cantidad de vegetación ni de aves como en la parte alta del Sepik, pero es muy atractivo.
Chimondo es un gran poblado enclavado en la orilla del río, es muy limpio y bien cuidado, con escuela, iglesia y su gente está siempre muy atareada haciendo de todo, desde Saksak machacando constantemente el interior de la palmera, a canoas fabricadas a partir de ahuecar un enorme trozo de árbol.
Donde sí paramos fue en Kambot, río abajo, pues es conocido por sus trabajos en madera tallada y lo quería ver personalmente. Es un amplio pueblo muy bien cuidado pero estos días el agua cubre parte de su terreno en casi una cuarta, pues ha llovido bastante últimamente estos días  y el río trasporta mucha agua, teniendo que caminar con mucho cuidado de no resbalar con el barro acumulado en el fondo.
Tiene tres Haus Tambaran, decadente, y sus tallas de madera están repartidas entre las casas de sus propietarios. Entramos en la casa de uno de ellos donde expone sus pocas obras amontonadas en el suelo. Se notaba buen estilo. Nos dijo que la mayoría se las habían llevado a Madang. Ya podría imaginar como sería el resto que no estaba allí.
Los trozos de madera talladas, que son grandes y pesados, narran diferentes historias que bien podría suceder en este mismo pueblo. Me recordaba mucho a las tallas balinesas, de gran calidad.
Mientras descansábamos en la orilla me acerqué a unos cocos amontonados a la entrada de una parcela con vivienda y en un instante apareció una señora mayor con su hijo para ofrecernos algunos de esos cocos recién cortados. Vaya detalle. Nadie había pedido nada.
Continuamos de vuelta al río Sepik pasando a través de varios cortes de camino entre las casi impenetrables plantas flotantes Lilies varadas en el agua, entre vegetación y cañaverales salvajes. Atravesamos Kambaramba, una hermosa aldea flotante -estos días- y alcanzamos a última hora de la tarde Moim, otro bello poblado a orillas del Sepik.
Lo negativo de esta parte del viaje ha sido que he estado tirado en Angoram cuatro absurdos días por culpa de los personajes que viven y trabajan en el hostal, perdiendo la oportunidad de disfrutar esos días en la aldea Laulau, junto a Bogia, donde me quería quedar antes de llegar a Madang, destino final de esta parte del viaje.
Desde que llegué a Angoram todo fueron buenas intenciones por parte de la gente del hostal: que confiara en ellos por que me conseguirían transporte hacia Bogia, que no me fiara de los peligrosos botes sobrecargados de Buais, que esperara un poco porque encontrarían para mí transporte público con gente de confianza que se dirigen río abajo....
Pero todo fue mentiras tras mentiras con la única intención que me quedara cuanto más días mejor para ellos y supongo que pensando que contrataría otro tour por otro lugar mientras esperaba.
Ahora no es tiempo de turismo, todos los lugares que he visitado no he visto ningún extranjero y esto ha dado pie a que quizás se quisieran aprovechar del único que ha pasado por allí en meses y hayan intentado sacar mayor provecho pero jodiéndome el viaje sin importarles absolutamente nada. Ni que pudiese perder incluso hasta conexiones de aviones.
Una de las noche estuve esperando hasta la 1 de la mañana por una embarcación con pasajeros que no pasó, y la siguiente noche otra vez lo mismo.
Esas noches pasaron otras embarcaciones con destino a la desembocadura del río que perdí esperando que me avisaran.
Ya me extrañaba desde que llegué a este hostal que la gente fuera tan extremadamente amable. Sí, lo son, pero cuando ven la posibilidad de sacar beneficio. Han querido que me quedara aquí cuantas más noches mejor para ellos. Y yo tan estúpido creyendo en su amabilidad!!, aún habiendo PROMETIDO con su palabra (algo que en este país no tiene valor) que me ayudarían.
La excusa ha sido que viajar sólo en un Banana Boat que va cargado de buais hasta Bogia es peligroso para un extranjero. Que son gente mala la que navega río abajo sobrecargados, a veces, de manera temeraria y que ha habido casos de asesinatos durante el trayecto para robar las pertenencias. Y parece ser que este bulo viene de alguien que ha contado que ha oído a otro que una vez le dijeron que mataron a un pasajero para robarle. Ummmmm, cuentos de estúpidos.
En fin, tuve que quedarme cuatro días y perderlos de playa. Al final lo he tenido que hacer yo sólo y probar suerte esperando que apareciera alguna embarcación y de esta forma poder llegar a Bogia, mi siguiente destino antes de Madang.
Junto a mi se encontraba Pilatus, un pasajero que esperaba también poder ir a Mandi, otro poblado de costa donde desembarcan buais para luego trasladarse a Madang a coger como yo un vuelo hacia Port Moresbi. Pero él pagó por adelantado las 100K que cuesta el viaje. No las vio más. De suerte que él tenía un bote de 5mt. y motor de 15hp. y no halló otra opción que al día siguiente, si a mí me interesaba, compraríamos gasolina entre los dos y navegaríamos hasta Watan y desde allí esperar por otra embarcación que fuera hacia Mandi.
A las 8 de la mañana del día siguiente Pilatus me estaba esperando en el embarcadero con el bote, uno de sus hijos y un amigo que se encargarían de regresar con la embarcación. Compramos 50l. de combustible (100K. c/u) y tras cambiar de motor porque no le funcionaba bien comenzamos a bajar el río.
Esta parte baja del río es muy poco interesante, la vegetación en su orilla es también muy saturada y está habitada por escasas pequeñas aldeas. No llegamos al mar de Bismarck por el río porque un poco antes hay un corte de camino que lleva directamente al lago Watan donde se encuentra el poblado del mismo nombre. Cuando llegamos una sobrecargada embarcación de pasajeros partía hacia Mandi. No había más espacio para más pasajeros.
Allí, recostados en una casa desvencijada y colapsada por el tiempo, esperamos toda la tarde por otro bote pero no apareció ninguno. Así que tuvimos que hacer noche en Watan. Gracias a que Pilatus tiene algunos familiares allí y pudimos conseguir la llave de la casa del profesor del colegio del pueblo que aún no había aparecido por allí. Una vivienda de madera y metal muy diferente a las tradicionales que se encuentran en este pueblo. Es precioso, amplio, muy bien cuidado y en verano reciben algunos grupos de turistas de agencia y les hacen unos Singsing (bailes tradicionales) e incluso la danza china del dragón!!. Si a los turistas les gusta eso... (?).
Al día siguiente, bajo una más que jodelona lluvia pudimos conseguir transporte de la misma manera que el día anterior: comprando una garrafa de gasolina y subiendo a una embarcación de un conocido. Aprovecharon para repartir el peso de las bolsas de buais que traía otra y partimos hacia Mandi.
Nada más salir al mar el motor comenzó a fallar en varias ocasiones pero al intentar regresar a la orilla nuevamente el motor pareció que volvía a funcionar mejor, así que decidieron continuar hacia el destino. Tuvimos varias paradas más a mitad de camino, a poco de hundirnos pues también llevábamos bastante peso, y las olas junto con el viento hacía entrar bastante agua por la parte trasera de la embarcación al sumergirse ésta debido a la fuerza que ejercía el motor. Cuando entramos en las canelas aguas provocado por la desembocadura del Río Ramu al mezclarse las dos aguas, dulce y saldas, y que tras tantas horas de lluvia caída anteriormente llevaba mucha agua, la embarcación comenzó a pararse continuamente impidiendo que pudiésemos avanzar en condiciones. En esos momentos las olas venían de cualquier lado debido a la corriente que se forma con el empuje de las dos aguas. De repente, todos comenzaron a ponerse muy nerviosos. El capitán amarró varias garrafas vacías al motor fuera-borda y Pilatus su mochila a otras tantas garrafas. Yo no tuve opción de nada. Fue como un sálvese quien pueda, marica el último!!. Éste era el lugar tan peligroso que tanto me habían hablado en Angoram donde, en muchísimas ocasiones, las embarcaciones trabucan falleciendo los tripulantes y hundiéndose las mismas.
Algo muy anecdótico fue que no me permitieron decir una palabra en esos momentos ya que la leyenda dice que quien habla le falta el respeto a los espíritus de esa parte del mar y hunde las embarcaciones!!. Vaya por dios!!. La cosa no llegó a más. Una vez entrado nuevamente en agua salada continuamos la travesía hasta Mandi y desde allí montamos en un PMV que estaba a punto de partir. El camión de transporte pasó por Bogia, pero era casi las dos de la tarde y pensé que poco podría hacer en ese pueblo ya que que al día siguiente tendría que coger otro vehículo para ir a Madang -si lo hubiera pues era domingo-, y si continuaba tendría la tranquilidad de poder moverme por la mañana del lunes para sacar dinero y comprar el billete de avión de Madang a Port Moresbi que me falta.
En Madang me estoy quedando en el hostal Country Woman Association (CWA) porque es de los más baratos (100K. con baño, una cama y una litera de dos, salón-comedor, cocina compartida y está situado junto a los muelles de los barcos de recreo, de transportes de pasajeros (PMV) y comercial con perfecta vistas a las islas de en frente.
El domingo amaneció nublado y no era día de playa así que decidí no ir a la vecina isla Krangket a nadar y bucear. Así que lo dediqué a pasear por sus alrededores. Se dice que con tantos jardines y amplitud es de las ciudades más bonitas de todo el país. Cuenta con equipamiento urbano moderno, un museo y un centro cultural. El centro de la ciudad no es muy grande y se puede recorrer casi todo en menos de dos horas. Hay un muy concurrido mercado al aire libre donde se pueden comprar muchas frutas y verduras frescas, pescado ahumado y todo lo que se pueda necesitar en una cocina para hacer de comer, pues hay muchísimos supermercados por los alrededores. Las tiendas son pequeñas- no hay centros comerciales ni edificios altos. Hay una tienda que vende cañas de pescar, gafas, tubos y aletas a buenos precios.

Este lugar es famoso por sus arrecifes de coral con una excelente visibilidad bajo el agua. La pesca de altura también es muy popular entre los expatriados que viven aquí y acuden al Club (náutico) Madang donde tienen sus embarcaciones de recreo.
Mis planes continúan aunque algo afectado por las absurdas pérdidas de días que estoy acumulando debido a bastantes imprevistos. Mañana salgo temprano en avión hacia Port Moresbi y desde allí conectaré con otro vuelo hacia Islas Trobriands donde espero pasar algunas semanas en varias aldeas aprendiendo de una cultura que, aunque se parece en algo a lo que estoy viviendo últimamente, es en sí diferente ya que su organización tribal está basada en clanes matrilineales. Esto me resulta bastante llamativo y curioso pues todo lo que he visto hasta ahora ha tenido mucho que ver con las atribuciones del "macho-man" papuo a la hora de controlar las libertades de las mujeres.

16/2/13

Paseo por las Casas de los Espíritus‏

Para concluir esta tercera parte volvimos a parar en Pagwi para repostar y comprar nuevas provisiones pues no nos quedaba apenas nada para los siguientes tres días de viaje por el río Sepik en la única tienda, que esta vez tras las últimas lluvias nocturnas se encuentra "flotando" junto al Guest House, que pertenece a la misma familia.
Pagwi es el punto final de una carretera que lleva hasta el río Sepik y está apenas poblado por pocas casas. Es muy utilizado por los habitantes de la zona por ser el único acceso a Maprik, otro pueblo, a mitad de camino con Wewak donde montan los Martes y Jueves un gran mercado de intercambio y venta de diferentes productos necesario para las familias, principalmente pescado ahumado, los mejores Buais, pieles de cocodrilos (o crías de cocodrilos), Sago..., por productos que en el río no hay como ropa, electrodomésticos o productos chinos de todo tipo.
Esta vez queriendo ser más generoso hice una compra bastante más abundante pues contaba también con quedarme un par de días en el río para descansar de tanto ajetreo y de levantarme todos los días temprano para realizar las movidas diarias, y principalmente para no quedarnos justito con las comidas como sucedió la vez anterior.
La siguiente parada sería Korogo, a 30min. río abajo, donde haría cuatro noches. Mathew prefirió abandonar un día antes sin concluir el trato apalabrado de 11 días. Incluso no pagó a los dueños del G.H. su noche y la de su hijo, algo que disgustaría mucho a éstas personas mucho más pobre que Mathew. Le había salido redondo el negocio del cambio de itinerario, mucho más a su favor, navegando cerca de "su zona" y quedándonos con sus familiares, que ahora entiendo por qué era tan espléndido su hijo cuando hacía 1kg. de arroz para tres y siempre sobraba "para regalar". Seguro que les pagó con los restos de nuestra comida.
Tras encontrar sitio en casa de James Kongkass, un conocido guía que tiene en su casa dos habitaciones para los visitantes, dejamos todos los bártulos y nos trasladamos en canoa acompañado del hijo mayor de James y un amigo suyo del pueblo hacia Yamok, un poblado donde habita la comunidad Sowas caracterizada por tatuar con pequeños cortes en la piel del pecho y la espalda a los jóvenes en una ceremonia de iniciación que se realiza en una de sus tres Haus Tambaran.
Como estamos en época de lluvia el camino hacia Yamok está completamente inundado y el resto embarrado haciendo un "sacrificio" caminar por él. Tras adentrarnos con la canoa por un "corte de camino" entre los cañaverales que bordean el río accedimos a una laguna interior, que tras sucesivos nuevos "cortes" alcanzamos a pie el camino principal hacia el poblado.
Lo que se suele hacer en cuarenta minutos los días de temporada seca ahora se hace en hora y media tras constantes resbalones pisando barro caliente y algunas partes oliendo a podrido. El agua de las lagunas internas alcanza muchos kilómetros tierra adentro, llegando hasta muchas aldeas del interior. 
Habíamos consumido bastante tiempo hasta llegar hasta aquí y disponíamos de un par de horas para realizar la visita antes que cayera la noche. La entrada al pueblo me sorprendió porque es diferente a todos los que había visto anteriormente. Construcciones mucho más altas y tradicionales y gente vistiendo ropa no tan modernas y llamativas como las cercanas al río, y son mucho más amables y simpáticos. Nos dirigimos a su Haus Tambaran más emblemática, la más grande. Aunque apenas le quedan algunas tallas de madera -dicen que la mayoría están en casas particulares-, han sido muy bien elaboradas, con dibujos en tintes naturales rojo, ocre, blanco y negro característicos de esta comunidad. Es muy grande y alta y aunque no hay ceremonias de tatuajes a menudo, suelen hacerlas a petición de los turistas, previo pago, por supuesto.
El rito de iniciación implica una ceremonia que puede llegar a durar incluso más de un mes. En una semana tatúan al joven que va a ser "iniciado", tiempo en el que no sale de la casa, no puede ver mujeres, ni familiares femeninos, y debe aguantar estoicamente los cortes, que ahora se suele hacer con hojillas. Antiguamente era con un bambú muy afilado. Los cortes representa la piel del cocodrilo, animal sagrado para los antepasados de estas comunidades. Ahora no son tan estrictos como antaño y los más jóvenes van dejando atrás las tradiciones. Una vez tatuados se les considera Hombres, pueden entrar en el Haus Tambaran y ya pueden casarse.
La ancestral religión animista de Papua enfatiza en la importancia espiritual de sus antepasados quienes eran considerados mediadores con el poder central del universo. En tiempos de escasez, rituales de "alimentación al cielo" eran realizados mediante ofrendas a los espíritus ancestrales que cargaban con lo ofrecido hacia los cielos, donde intercedían en favor de sus descendientes. Algunos poblados aún mantienen vivo su árbol genealógico.
La evidencia de sus creencias tradicionales es que aún se siguen esculpiendo bellas figuras de madera que pueden contener el poder espiritual de sus fallecidos. En ocasiones suelen hacerles preguntas acerca de tormentas peligrosas cuando van a salir a la mar o simplemente que les protejan de malos espíritus en diversas enfermedades. Porque muchos creen que no se muere de viejo sino de un mal de ojo que algún envidioso vecino ha enviado para apropiarse de algo concreto.

La vuelta a Korogo la haríamos a pasos mucho más rápidos pues caía la tarde y no era adecuado que nos quedáramos sin luz buscando los "cortes" de caminos para alcanzar nuevamente el río Sepik.
Desde el río se tiene una muy buena visión de Korogo, que es bastante grande y donde destaca su imponente Haus Tambaran ahora colapsada por el tiempo. No tiene figura alguna pero destaca sus dos águilas tallada en lo alto de los extremos de la edificación y sus enormes columnas, del árbol Garamut, magníficamente talladas. El resto de las columnas están esparcidas por el terreno. La compartían cuatro comunidades diferentes que habitan en este pueblo, que bien puede superar los 2.000 habitantes, la mayoría viven tierra adentro.
El siguiente día estaba planeado que nos quedaríamos a pasar la noche en Palambei, otro extraordinario pueblo construido en el interior de varias lagunas, ahora completamente inundado de agua y donde las lilies flotadoras, el reflejo de las casas y las vegetación sobre sus calmadas aguas dan una magnífica belleza al entorno del poblado, pero Mathew prefirió quedarse otra noche en Korogo para realizar las dos últimas visitas desde allí. Así que volvimos a subir a la canoa al día siguiente para dirigirnos hacia Palambei, que no se ve desde el río Sepik pues se encuentra muy adentro, a través de otras lagunas.
Todas las viviendas están sobre altos postes de madera para evitar precisamente las enormes crecidas de agua. Aquí destacan dos magníficas Haus Tambaran una en frente a la otra y que pertenecen a dos comunidades diferentes que viven juntas: Secundimi y Manguayabi. En medio queda unas pocas columnas de la primera que fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, unos dicen que por los americanos y otros dicen que por los japoneses.
Ambas tienen bastantes figuras talladas a la venta, que aunque se aprecia que no son de muy buena calidad pero si lo son en belleza. Las mejores fueron adquiridas por coleccionistas hace mucho tiempo. En ambas, varios supuestos artistas exponen sus obras como si de un mercadillo se tratara. Aunque no ejercen presión alguna a la hora de observarlas. Quizás porque podrían notar mi pobreza no sólo económica sino artística. Y tampoco es plan de estar cargando con figura alguna durante el tiempo de viaje que me queda.
Igualmente aquí destaca los ritos de iniciación con cortes de piel y todo lo que eso conlleva.
Tras abandonar Palambei nos dirigimos a la otra orilla del río Sepik donde se encuentra Kanganaman otro poblado en el interior, caracterizado por tener la Haus Tambaran más antigua del río, aunque ha sido renovado con ayudas del Museo Nacional. Declarado construcción de importancia cultural nacional, sus enormes columnas están completamente talladas y tiene dos plantas. En la parte alta tienen desplegado una amplia variedad de tallas, también a la venta.
Lo que no he visto en ninguno de estos poblados es a gente trabajando la madera. Dicen que hay muy buenos artistas, pero yo no los vi en acción en ningún momento.
Al acercarnos a la edificación un ataque preventivo de multitud de mosquitos hizo que nuestra presencia fuera muy corta. Eran mosquitos enormes y negros con muy mala pinta. Aunque me había "bañado" antes de salir con aceite antimosquitos eso no sirvió para que picaran aún con mas fuerza que en ningún otro lugar de los anteriormente visitados. Por lo tanto la huida fue inminente, tras unos pocos minutos de rápido recorrido por la edificación esperando que alguien del pueblo se acercara a permitirme el acceso al interior, aunque eso no evitara mi curiosidad e hiciera yo sólo un rápido tour interior.
De vuelta a Korogo, Mathew me anunció su intención de regresar a su pueblo, supongo que en un ataque lascivo por bañarse con todo el dinero que ganó realizando este tour por el río conmigo. La excusa perfecta fue que al ser domingo al día siguiente no podría encontrar combustible para regresar pues estaría todo cerrado.
El otro punto negativo ha sido que tras pagar las cuatro noches que yo iba a pasar aquí, marchó sin pagar la suya y la de su hijo (100K.) dejando a una familia pobre -muchísimo más pobre que la suya-, sin cobrar lo que yo a él la había dado para quedarnos en los diferentes hostales.
Si ellos hacían otra noche sería más descarado huir y de esa manera tendría que pagarlas con toda seguridad. Se ha portado como una auténtica rata sin escrúpulos con esta gente. Y conmigo!.
El resto de los días, hasta el martes que es día de mercado en Maprik y por lo tanto debería de haber mucho más transporte colectivo haciendo más económico viajar por el río (10K.) los he pasado con la familia de James paseando por el pueblo, charlando con los vecinos, comiendo "la cantidad de alimentos que me sobró", recogiendo las redes con la pesca diaria y durmiendo mucho. Lo suficiente como para recuperarme de tanto ajetreo por el río Sepik, sus afluentes y sus lagunas interiores.
Normalmente varias canoas de diferentes poblados se dirigen muy temprano a Pagwi para llevar a los vecinos con sus mercancías a vender en el mercado de Maprik, pero desde las 3 de la mañana que estuve esperando transporte tan sólo pasó una pequeña y llena de gente que no paró. Así estuve esperando hasta las 5 de la mañana!!
Tan sólo pude conseguir canoa a la 4 de la tarde. Tuve que quedarme en el Sangra G.H. (50K.) a pasar la noche en Pagwi para salir al día siguiente, porque los cuatro trucks que esperaban a los pasajeros pararían en Maprik dos o tres horas mas tarde. El único que se dirigía a Wewak podría llegar a las 10 de la noche y no era plan de estar por las calles a esas horas buscando alojamiento.
El regreso a Wewak lo hice en un Land Cruiser de unos amigos del dueño del G.H. que habían concluido un trabajo en Pagwi y volvía a la ciudad. Me permitieron subir con ellos, previo pago de 40K., lo que cuesta el transporte público, y nos dirigimos hacia Maprik para ver el mercado durante casi una hora en pleno apogeo. Funciona de martes a jueves y llegan a mezclarse hasta 10.000 personas de todas las comunidades del río, de pueblos colindantes y de la ciudad, pues todo se consigue mucho más barato aquí que en otro lugar.
En el centro se encuentra el mercado y a su alrededor se concentran muchísimos otros vendedores que despliegan todo tipo de artilugios para saciar a tantos compradores. El movimiento de gente es cuasi espectacular. Se vende de todo lo imaginable. En Maprik hay varios hostales donde es posible pernoctar.
Una vez en Wewak, he pasado unos días estudiando la próxima ruta a seguir, he sacado algo más de dinero y he comprado el billete de avión para ir a la Isla Kiriwina, en las islas Trobriands (Madang-Port Moresbi-Lousia, 939K/AirNiugini+Airlines PNG), saliendo desde Madang la próxima semana.
Como el barco semanal que va a Madang no pasa hasta el próximo jueves o viernes he decido regresar al río Sepik pero esta vez por la parte baja, por Angoram, pasar unos días allí, esperar el paso de una de las casi diarias embarcaciones con cargamento de Buais que se dirigen hacia la desembocadura de río, concluyendo en Watan , y luego desde allí coger algún medio de transporte público  hacia Bogia, disfrutar unos días en la playa y luego ir a Madang.
De aquí en adelante será únicamente los golpes de suerte los que puedan decidir este itinerario a seguir. Nada es seguro, nada está confirmado, porque viajar por PNG. es siempre impredecible.