Una vez confirmado que no
podía seguir la carretera desde Enarotali hacia Wamena por
no estar permitido a los turistas, la opción siguiente sería sustituir esa ruta
por otro destino. Debo estar en Jayapura antes del día 12 para
ir tramitando la ampliación del visado que tengo de 60 días, que por esas
fechas caduca, por otro de un mes más y así continuar tranquilamente
recorriendo los poblados del Valle Baliem, mi destino más ansiado.
De paso sigo aprendiendo bahasa indonesia que
me hará mucha falta para realizar las caminatas que quiero hacer por allí con
guías locales, si es posible.
Desde Yapen la
conexión con Nabire se limita a un barco de línea (Pelni),
cada dos semanas, que en mi caso ya había salido. Otra posibilidad es el avión,
mucho más caro porque hay que regresar obligatoriamente a Biak para
luego esperar la salida de otro con aquel destino. Sin embargo, otro barco
salía estos días con dirección a Manokwari,
una ciudad con mejores conexiones, y pensé que sería una buena ocasión pasar
allí, otra vez, unos pocos días recopilando información de precios y
posibilidades de viajar por la otra parte de Papua.
Esta
vez me he quedado en el céntrico hotel Lin (150.000 Rp./cama
amplia, TV, baño y climatizada), el más económico de la ciudad, muy bien
cuidado y abierto las 24h., por lo que me dirigí a él nada mas llegar el barco
al muelle a la 1 de la mañana.
Mientras pensaba mis siguientes destinos he aprovechado para visitar la isla Mansinam, conocida por sus tranquilas playas de blanca arena coralina pero aún más por ser destino de turismo religioso. Hace más de 150 años dos misioneros evangelistas alemanes (C.W. Ottow y Johann Gottlob Geisser) desembarcaron en esta isla para proclamar el evangelio en nombre de su "Señor" entre los papues, convirtiéndose entonces en el embrión de la iglesia cristiana evangélica de Papua y ahora la iglesia cristiana más grande de la provincia.
Se encuentra a casi 3km. de la costa y se accede en embarcación local (5.000Rp.) desde la playa Kwawi, a la que se llega en transporte público compartido (3.000Rp.). Un pantalán de madera sirve de embarcadero para las distintas canoas que se dirigen también a otras islas como Lemon y Raimuti.
La isla recibe a los visitantes con su enorme cruz blanca que conmemora aquel hecho acaecido el 5 de febrero de 1855. Es posible encontrarse con muchas reliquias religiosas relacionada con la historia del cristianismo en la isla, incluso un pozo de agua dulce que se utilizaba para bautizar. Varias aldeas de pescadores la habitan y algunos de sus pobladores aceptan visitantes en sus casas para que se puedan quedar unos días para compartir y disfrutar de sus labores diarias. Muchos peregrinos papues se acercan hasta aquí principalmente los fines de semanas para desarrollar sus encuentros doctrinales.
Varios senderos conducen hasta distintas calas donde se puede nadar aunque la profundidad es escasa y cantidad de desechos de los nativos flotan en sus aguas debido a que toda su basura la tiran al mar. Dependiendo de la dirección del viento es mejor elegir un lado u otro de la isla para pasar el día de playa disfrutando de sus transparentes aguas.
Haciendo cuentas he decidido dirigirme hacia el suroeste para visitar las pinturas rupestres de FakFak y Kaimana. Así que sacaría un nuevo Permiso de Viaje (Surat Jalan) para esta parte del país.
Mientras pensaba mis siguientes destinos he aprovechado para visitar la isla Mansinam, conocida por sus tranquilas playas de blanca arena coralina pero aún más por ser destino de turismo religioso. Hace más de 150 años dos misioneros evangelistas alemanes (C.W. Ottow y Johann Gottlob Geisser) desembarcaron en esta isla para proclamar el evangelio en nombre de su "Señor" entre los papues, convirtiéndose entonces en el embrión de la iglesia cristiana evangélica de Papua y ahora la iglesia cristiana más grande de la provincia.
Se encuentra a casi 3km. de la costa y se accede en embarcación local (5.000Rp.) desde la playa Kwawi, a la que se llega en transporte público compartido (3.000Rp.). Un pantalán de madera sirve de embarcadero para las distintas canoas que se dirigen también a otras islas como Lemon y Raimuti.
La isla recibe a los visitantes con su enorme cruz blanca que conmemora aquel hecho acaecido el 5 de febrero de 1855. Es posible encontrarse con muchas reliquias religiosas relacionada con la historia del cristianismo en la isla, incluso un pozo de agua dulce que se utilizaba para bautizar. Varias aldeas de pescadores la habitan y algunos de sus pobladores aceptan visitantes en sus casas para que se puedan quedar unos días para compartir y disfrutar de sus labores diarias. Muchos peregrinos papues se acercan hasta aquí principalmente los fines de semanas para desarrollar sus encuentros doctrinales.
Varios senderos conducen hasta distintas calas donde se puede nadar aunque la profundidad es escasa y cantidad de desechos de los nativos flotan en sus aguas debido a que toda su basura la tiran al mar. Dependiendo de la dirección del viento es mejor elegir un lado u otro de la isla para pasar el día de playa disfrutando de sus transparentes aguas.
Haciendo cuentas he decidido dirigirme hacia el suroeste para visitar las pinturas rupestres de FakFak y Kaimana. Así que sacaría un nuevo Permiso de Viaje (Surat Jalan) para esta parte del país.
Atrás
quedaría la ciudad de Sorong y el mundialmente conocido Raja Ampat -uno de los mejores
lugares del mundo para hacer inmersiones por sus corales y su vida subacuática-
porque sus prohibitivos precios no me motivaban nada, pues reventaría mi
presupuesto del viaje. Aunque
una opción menos cara sería acceder desde el muelle de Sorong a
la isla Waisai, en embarcación local de línea regular, que lo hace
una vez al día, (120.000 Rp.) y hospedarse en un hostal familiar, -Surya
hotel-, en el pueblo Waigo (150.000 Rp con 2
camas), y realizar las inmersiones con Waiwo Dive Resort, la empresa
menos cara (350.000 Rp.c.u./haciendo al menos 10) de las instaladas en la isla.
Esas inmersiones se realizan muy cerca de su costa y los corales no son tan
atractivos como los de las otras islas. Navegar más lejos haría subir los
precios en varios millones de rupias, aparte hay que dirigirse todas las veces
a W.D.R. en Ojek (50.000Rp./trayecto de
15min.). Y encima, ahora, hay un nuevo impuesto obligatorio de 1.000.000 Rp.
(aprox. 85€) solamente por visitar la Reserva Marina de Raja Ampat,
que lo hace aún más prohibitivo. Hace varios meses que ha subido el doble de su
precio anterior.
Para viajar a otras islas
conocidas por sus inmejorables corales y vida subacuática hay que alquilar una
embarcación que puede llegar a costar hasta los 10.000.000 Rp. (>
850 €) dependiendo de la distancia a recorrer (isla Wayag, por ejemplo),
ya que la gasolina allí es carísima. Muchos turistas suelen
venir con un paquete de agencia ya contratado a pasar entre una y dos semanas
viviendo todo el tiempo en el barco, recorriendo muchas de las islas, haciendo
inmersiones y algunos paseos por el interior de las islas. Los precios suelen
superar los 5.000€ dependiendo de las comodidades del barco, el tiempo de viaje
y las inmersiones.
Mi siguiente destino,
pues, sería FakFak, un pueblo
costero asentado en la península Bomberai, justo al suroeste
de Papua. Hay que hacer una escala en Sorong y
cambiar de avión para llegar hasta ella. Nuevamente las vistas desde la ventanilla
de los innumerables islotes deshabitados con hermosas playas de arena coralina,
rebosante de vegetación, corales sumergidos y el mar color azul-turquesa que
las rodean hace que la visión desde las alturas sea inconmensurable.
Aunque la población
de FakFak mayoritariamente es indonesia, viajar por su
interior aún se puede encontrar emplazamientos de nativos, aunque muy pocos. La
política de transmigración que sigue realizando el gobierno por toda Papua está
relegando a la población local a un segundo plano. Sin duda alguna, el gobierno
no quiere más manifestaciones independentista de los ciudadanos papues, así que
cuanta mayor cantidad de indonesio se puedan instalar aquí será mucho mejor
para controlarlos.
El principal motivo que me
ha traído hasta aquí ha sido visitar el poblado Kokas que
tiene cantidad de reliquias de la 2ª guerra mundial en forma de cuevas
utilizadas como refugio por los japoneses y armamento abandonado, pinturas
rupestres -aún sin detallar la fecha exacta-, sepulturas abiertas en acantilados,
cuevas con estalactitas, una mezquita muy particular y algunos interesantes y
pintorescos poblados de pescadores.
La ciudad (Kota) es
bastante remota, montañosa, tiene una hermosa vista de suaves pendientes que
llegan hasta el mar intercaladas con acantilados de escarpadas rocas y varios
islotes desabitados con hermosas playas llenas de cocoteros, enormes árboles y
abundante vegetación. Al ser de grandes pendientes, la ciudad tiende a
adentrarse hacia las colinas en forma de pequeños barrios de calles con mucho
desnivel que la hace cansina de caminar. Hay que coger constantemente Ojeks (4.000Rp./trayectos
cortos) o sus Mikrolets (minibus) para desplazarse de un
extremo a otro (3.000Rp.).
Sólo puede ser visitada en
barco o en pequeñas avionetas -Twin Otter, Donnier 328 o CN 235 - pues la pista
de su aeropuerto -que se encuentra sobre una colina- es tan corta que los
pilotos deben tener mucho cuidado en el aterrizaje. En nada se llega al final
de la pista donde un barranco espera a los aparatos que no han realizado la
maniobra correctamente.
La armonía con la que
viven sus vecinos, de amplia diversidad religiosa, principalmente musulmana,
católica y protestante, es de destacar pues no existe ningún desafecto entre
ellos, a pesar de sus diferentes creencias.
La belleza de las playas
en FakFak por la tarde no está muy lejos de la del crepúsculo
en Sorong, famosa por Raja Ampat y sus fabulosas
puestas de sol.
Llegar hasta Kokas es
bastante sencillo. Hay que dirigirse tanto en Ojek o en Mikrolet hasta
el Terminal Kokas,
en la parte más alta de la ciudad, y desde allí esperar a que se llene
otro Mikrolet (20.000Rp.) para que salga con dirección a la
parte N. de
la península (42kms./45min.) a través de una carretera que se adentra entre
deslumbrantes bosques de altísimos árboles y muchísima vegetación. En algunas
partes se está acondicionando ya que cada vez que llueve mucho, suele haber
continuos desprendimientos de sus laderas, muy machacada por los cortadores de
árboles, que están haciendo un gran estropicio en esta zona por la enorme
demanda de madera para la construcción. Allí mismo los talan y a serruchazos
hacen perfectos cortes de listones de madera. Son unos máquinas estos
cabrones!!. Una vez cortados los amontonan a un lado para luego transportarlos
o venderlos allí mismo. No es raro ver algún motorista cargando al hombro
varios largos maderos mientras conduce sólo con la otra mano.
Un vez en Kokas hay
que llegar a un acuerdo con algún pescador para que alquile su embarcación
durante las varias horas que dura el paseo por los islotes y los poblados de
pescadores que se encuentran en algunas hermosas calas. Todo depende del poder
de negociación, pero por menos de 1.000.000Rp. no suelen sacar sus
embarcaciones. Se ve que por aquí vienen grupos de turistas que pagan
desorbitadas cantidades por realizar el tour correspondiente. Tras media hora
de regateo conseguí un longboat con motor de 15cv. por 800.000
Rp./cuatro horas de recorrido. Me interesaba llegar hasta el poblado Foire donde
se encuentra uno de los varios cementerios al aire libre donde se puede
contemplar huesos y cráneos.
Aunque hay una embarcación
que sale tres veces al día con dirección Darelbang y cuesta
entre 20.000-30.000 Rp., no se puede llegar a ver bien todos los lugares
interesantes pues todo está entre las islas Sekau, Andamata, Ugar,
Fior, Forir y Darelbang.
Otra opción sería dormir
en algún poblado de pescadores y volver a coger la embarcación pública al día
siguiente tras disfrutar del mismo en comunidad, pues aún mantienen su vida
tradicional, aunque la ropa moderna ha llegado hasta aquí desde hace mucho
tiempo.
Durante el recorrido se
puede ver pinturas sobre algunos de los acantilados de los innumerables islotes
que van apareciendo a la vista: Andamata, Fior, Forir o Darelbang.
Pinturas con diferentes representaciones, principalmente manos, animales, armas
y dibujos geométricos realizados, en una altura media entre 10-30mt.
sobre el nivel del mar, con tinte rojo natural por algún grupo de ancestrales
habitantes.
Cerca de Forir hay
dos antiguos cementerios con huesos y cráneos a la vista sobre la pared de unos
islotes, visible y accesible solamente desde el mar. Otros cementerios
musulmanes, muy pintorescos, más recientes están situados en pequeñas calas
rodeadas de palmerales, árboles y enormes plantas, o en los acantilados de
otros islotes.
Aunque en realidad hacer
muchos kilómetros para ver esto no merece la pena, a no ser que sea muy amante
del arte rupestre y todas esas cosas. A mi no me impresionó en absoluto.
Según me han comentado,
parece ser que en la isla
Arguni se
encuentra todavía un rey local que gobierna.
El poblado Fior me
pareció de los más pintorescos, con una población aproximada de 80 personas
viviendo en una hermosa cala donde casas de madera sobre estacas armoniza con
otras más modernas de ladrillos y ventanas con cristales, una mezquita en el
centro y ancha avenida de arena que va de un extremo a otro del poblado. Está
bastante limpio, con césped cuidado y plantas de colores que engalanan su
entorno. Es idóneo para pasar unos días disfrutando del mismo.
Ya de vuelta, el último
lugar que visité fue la mezquita en el poblado Patimburak, una
inusual construcción de estilo europeo del s.XIX, a la que se llega
pasando por extensas junglas de verdísima vegetación.
La vuelta a "kota"
hay que hacerla antes de las 5 de la tarde, pues se puede no llegar a coger el
último mikrolet y parece ser que no hay lugar donde dormir. En FakFak tuve
que pasar por la policía para que me hicieran el Surat
Jalan correspondiente.
Me dijeron que debía pasar por la oficina policial de Kokas para
que me "controlaran" pero al llegar no había nadie. Estaba abierta
pero nadie en su interior. Tras un buen rato esperando decidí marcharme sin
comunicar mi llegada. Cada vez que tengo que visitar la policía por cuestión
del S.J. me da mucha grima. Lo que puede ser un trámite de
10min. se puede llegar a convertir en varios días de espera. Y es que estos
policías indonesios trabajan demasiado poco.
Una visita agradable son
las cuatro playas de Pasir Putih a media hora de trayecto en
Mikrolet desde la Terminal en Seberang (5.000Rp.) Playas de
blanquísima y fina arena coralina, con el agua completamente clara y limpia con
infinidad de árboles y palmeras que llegan hasta la orilla. Lástima que el
poblado sea tan sucio como todos los demás. Buen lugar para pasar todo el día
gracias a las sombras que producen algunos enormes árboles. La vuelta a
"Kota" fue casi de suerte ya que había preguntado por los
Mikrolet que pasan de vuelta y me habían dicho que "pasaban muy a
menudo", me confié y me quedé hasta algo más de las 5 de la tarde, algo
que no suelo hacer nunca, aguantar hasta tan tarde en un lugar lejano de donde
me quedo a dormir. El caso es que estuve esperando para coger uno casi dos
horas ya que, sí, pasaban a menudo pero todos llenos. Así que tuve que subir a un Ojek (25.000Rp.)
hasta Seberang y desde allí, ya de noche, un Mikrolet hasta
"Kota". Casi me tengo que quedar a dormir en Pasir Putih,
aunque cama no me faltó pues la señora que atendía la tienda donde esperaba el
transporte me ofreció dormir en su casa hasta el día siguiente que pudiera
coger un mikrolet y regresar a kota. Cosas del viaje.
Al sureste de Fakafak,
a unos 45min. de avión se encuentra la alargada ciudad Kaimana, famosa en Indonesia por
sus puestas de sol sujetas a muchas conocidas canciones de amor compuestas por
algunos de sus habitantes, sus pinturas ancestrales, sus hermosas bahías, sus
islotes, sus corales y su sencillo acceso a los bosques que se encuentra tras
los acantilados justo detrás de la ciudad.
El aeropuerto, este sí que
es grande, se encuentra a unos siete kilómetros de "Kota" y el
transporte al centro se puede hacer en Ojek (15.000Rp.).
Aunque la ciudad en sí no
tiene nada de especial, los varios barrios junto al mar que se encuentran en la
larga avenida que va hacia el aeropuerto, el pequeño mercado (Pasar Baru)
y sus tienditas, la hace acogedora por la mañana o al atardecer cuando pasear
por ahí con menos calor ofrece sus mejores momentos.
Moverse por la ciudad es
también muy sencillo en Taksi, en Ojek,
o en Becak,
este último un medio de transporte lento pero seguro (a veces), muy singular en
muchos lugares de Indonesia.
Se trata de una bicicleta que empuja un carrito para dos personas -a veces
más-, compras del mercado, o cajas que alguien necesita llevar a algún sitio.
El que pedalea, sufridor los días centrales de mucho sol, se lo curra de lo
lindo a más no poder. Aparte, tienen mucha competencia ya que son innumerables
aquí en Kaimana.
A primera hora de la mañana es cuando más trabajo tienen ya que los niños
suelen subir a este vehículo por ser el medio de transporte más económico. Y
cierto es que apenas se ven estudiantes caminando hacia clase pues casi todos
prefieren ir en Becak.
El paseo cuesta desde 3.000Rp. según
la distancia a recorrer. Pero para las largas es mejor el Ojek.
Polres, la Policía Local que sella el Surat
Jalan, se encuentra en el otro extremo de la ciudad, a medio camino del
aeropuerto. Tuve que ser fuerte y aguantar el mal rollo del policía que cogió
mi documento porque era la segunda vez que iba y no estaba el funcionario que
lo tramita. El caso es que retuvo la hoja hasta casi el último día de mi
estancia. Como tenía mi número de teléfono, y tras varios intentos de citarse
conmigo en el hotel para devolvérmelo pues todas las veces me encontraba de
paseo por alguna parte de la ciudad, me pidió vía sms 50.000Rp.
por la "tramitación burocrática", algo que me envenenó a más no poder
porque ya me lo estaba intuyendo. Tanto tardar en dármelo no puede ser normal.
Eso se tramita en 15min. cuando está el encargado de realizarlo, o
para el día siguiente a más tardar si no se encuentra en el lugar. La cuestión
es que con todo el morro del mundo volví a la oficina y aprovechando que había
más policías, le agradecí a todos su atención, cogí el documento y marché sin
mirar atrás. Aquél, que había sacado el documento "del sillín de su
moto", se quedó fijo mirando y sin decir nada. No podía...!.
HastaluegoLucaaarrrrr!!!
El sellado del Surat
Jalan es
gratuito y lo hacen todas las oficinas encargadas de su tramitación. A no ser
que no haya ninguna manera de convencer al policía corrupto, se suele pagar
entre 5.000-50.000 Rp. por él. De momento ya son dos los que me han pedido
"algo", aquí y en Manokwari la
segunda vez que fui en busca de un nuevo Surat Jalan. No le pagué
tampoco aquella vez.
Me estoy quedando en el hotel
Bicari (165.000
Rp.). La habitación tiene TV, baño, un balcón que da un sucio jardín en la
parte trasera del edificio y con ventilador-climatizador, un aparato que
en su momento tuvo que producir air frío pero que con el nulo mantenimiento y
lo antiguo que es se ha quedado sólo en ventilador. El hotel es amplio,
con anchos pasillos donde corre aire fresco, tiene muchas habitaciones, algunas
con precios más caros. Supongo que con climatizador nuevo.
Poco hay por hacer en esta
ciudad: pasear por el interior atravesando poblados que se pierden entre los
montes o realizar costosas inmersiones en la bahía Tritón -hay un
grupo de submarinistas aquí pero están de obras en su nueva oficina y no me
pudieron atender-. Casi todos los vienen por aquí lo hacen con algún barco ya
contratado.
Algunas tardes las paso
sentado en algún puesto ambulante charlando con la gente mientras tomo Kopi
Susu, un café con leche indonesio que no se cuela, el café va
directamente al fondo. La leche es condensada. Están instalados junto al
terreno de fútbol aprovechando que por estas fechas se está preparando una gran
feria con puestos de comida, ropa, artefactos chinos a miles y juegos. .
Poco más se puede hacer,
espero mi siguiente destino, Nabire para
continuar mi nuevo plan marcado.
Aquí me ha traído la
búsqueda de arte rupestre y cuevas en acantilados, pero la única manera de
llegar hasta ellos es en embarcación local pues no hay empresas, de momento,
que trabaje con el turismo. A menos de una hora se encuentra el poblado Bitsari y
de casi tres horas, en las islas Namatote, Maimai y Sisir es
donde mejor se expresa la rica colección de antiguas pinturas rupestres
procedente de Kakadu, al
norte de Australia. Su diversidad llega a ser tanto geométricas
como de figuras humanas (o extraterrestres!), manos o manchas, al igual que
en Kokas (FakFak).
Algo más allá se encuentra
la fabulosa bahía Triton, donde muchos barcos se acercan a realizar
inmersiones. El emplazamiento no es tan hermoso como Raja Ampat pero
podría hacerle competencia si sus corales fueran mejores ya que sus dramáticos
acantilados, cuevas y parece ser que también algunas series de pinturas son
motivos más que de sobra para acercarse hasta aquí.
Encontrar al pescador que
me llevó hasta el lugar fue lo más anecdótico que me pudiera suceder. Una
casualidad que me puso en medio de esta galería de arte natural.
Una tarde joven conductor
de Ojek que me oyó hablar con una señora de un puesto de
comida, se acercó a ayudarme en algunas traducciones. En un momento de
conversación le pregunté que manera habría de conseguir una embarcación para
llegar hasta las pinturas. Frente a mi, junto a otros curiosos que merodeaban
por mi alrededor se encontraba un anciano que no dejaba de observar y reír
desde hacía buen rato, y que hablaba muy poquito inglés. El caso es que
entendió algunas de las preguntas que le hacía al joven y nos dijo que su
hermano tenía un lonboat (embarcación local) y que podríamos
preguntarle a él si querría llevarme acordando el precio. Y así lo hicimos.
Fuimos a su casa y concretamos el día y el precio (450.000Rp.). En dos
días consiguió la gasolina necesaria para el viaje y preparó la embarcación.
En fin, cosas que suceden
cuando uno menos se lo espera.